martes, 29 de septiembre de 2009

Vidas--Antonio Vega/ Una decima de segundo



Una décima de segundo es lo que separa la vida de la muerte.

Un instante, un flash, una duda. Ruido, cuerpos en movimiento que se mezclan con colores, como un cuadro impresionista, de verdes y rojos. Vértigo, visión borrosa, giros, sirenas, luces.

Ahí estoy yo. Siento miedo, no estoy seguro. Intento controlar la tensión. Tiemblo, me recompongo, fijo la mirada y te veo agonizando en una camilla. Tu cuerpo ya no aguanta. Cierro los ojos, sólo por un instante, casi imperceptible en el lapso espacio-tiempo que nos separa de otra dimensión. Quiero empaparme de tu vida. Aún no ha llegado tu hora. La vida se va. Tu sangre en el suelo. Monitores, números, voces. Las alarmas del monitor me recuerdan que en este momento, sólo yo puedo salvarte. La luz de tus ojos se apaga, como una vela al viento. Ya casi no estás. Te vas.

Ambos flotamos en la sala de Reanimación. Ya casi te has ido. Un espectro abandona tu cuerpo. Vuelas. Ni siquiera sé tu nombre. Fuera escucho gritos. Te incorporas en la cama, no eres real, aunque dudo. Una lágrima recorre tu mejilla y me susurras que no puedes partir. Todavía no ha llegado tu hora. Te quedan tantas cosas por hacer, tantos abrazos por dar, tanto amor por regalar. Empiezas a flotar.

Una mano en mi hombro me devuelve a la escena. “Doctor, estamos preparados”.
Ahora estoy tranquilo. Respiro. Te doy mi aire. Te regalo un pedazo de mi vida. Hoy es un buen día para volver a nacer.



6 comentarios:

  1. Un texto estremecedor, Alfonso. Realista y duro. Potentísimo.

    No puedo siquiera imaginar la sensación que debe producir vivirlo en carne propia cada día, la satisfacción de sentir que estás salvando una vida, de saber que estás dando una segunda oportunidad...

    Gracias por compartirlo. Besos.

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  2. Entre la vida y la muerte, y en medio cuánto hay. Aunque sea una décima de segundo, Carlos Alfonso, y todo lo que describres, pero qué larga o qué dura se hace a veces.

    Me ha gustado mucho, hablamos poco de cosas importantes a veces, no sé. Y esto que escribes es importante, o a mí me parece así, en fin.

    Tengo terror a ese paso, pero auténtico terror, no al después, que también, al tránsito ese, al paso angosto, a la angustia, al dolor, a la muerte en si. A la décima de segundo o a esas horas tan largas, días o meses... En fin, hablaremos.

    Buenos días y gracias
    Aurora

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  3. "PUES LA AVES DEL BOSQUE RESPIRAN
    MAS LIBREMENTE, PERO EL HUMANO
    PECHO LE COLMA DE ORGULLO Y EL,
    QUE BARRUNTA EL FUTURO LEJANO
    VE TAMBIÉN LA MUERTE Y ES ÚNICO EN TEMERLA".

    F.HÖLDERLIN

    Ahí estamos, en la rueda de la vida, entre sonidos de emergencia, latido calmado y una inmensa labor entre las manos. Duro y real. Es la vida misma en uno de sus puntos irremediables. Y ahí estás, con tus manos.

    Un abrazo Alfonso.

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  4. Rocio:

    Tener la posibilidad de trabajar con enfermos criticos te cambia la vida. Analizas las cosas desde otra perspectiva. Todo adquiere otra dimension. Y si...salvar una vida no es comparable con nada. Curiosamente el sentimiento no es inversamente tan potente si pierdes una vida, es como una especie de anestesia emocional. Pero bueno, supongo que es un mecanismo de defensa para que no nos volvamos locos, mas si cabe.

    Nube Master:

    Bienvenida a este espacio. A mi tambien me aterra pensar en la muerte,el dolor, en esa decima de segundo. Imaginarme que en la camilla puedes estar tu, que lo ultimo que puedes ver es la mirada aseptica de un tipo de verde con una mascarilla en la cara. Sabes que lo ultimo que dira será..." hora de la muerte ".

    Ana:

    Gracias por tu sensibilidad extrema. Me gusta eso de la rueda de la vida. Alfa y omega casi siempre ocurren en un hospital. Y bueno, estoy yo, pero ademas de mi hay muchas mas personas trabajando codo con codo. Auxiliares, enfermeras, celadores, mas medicos. Mucha gente que sudan la gota gorda sin tener el mismo reconocimiento. Ellos tambien salvan vidas.

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  5. Un recuerdo o recomendación; La rueda de la vida, un libro de Elisabeth Kübler-Ross. Te lo recomiendo si no lo has leído, tú que eres médico, te gustará. Siempre es un placer leerte. Y te admiro, por tu saber estar en este mundo de la blogosfera.

    Un abrazo.

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  6. Pues ni idea de esta escritora de nombre impronunciable, pero lo tendre en cuenta te lo aseguro.

    Gracias a ti que pasas por este espacio aportando tu granito de arena.

    un abrazo

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