Que cosas, lo apuntaba el otro dia charlando al calor de un cafe. Desde hace tiempo pocas cosas son capaces de sorprenderme. Me jode, porque hecho de menos justamente eso. Todo me suena a lo mismo y la gente tiende a posicionarse en un par de arquetipos sociales sin aportar nada que no haya oido o visto en algun momento. Me paso el tiempo observando a unos y a otros. Porque aquí, al final, todo acaba planteándose en términos de unos y otros. Ocurre que mi vida pasa ultimamente como en un constante yalovi o dejavu que es la forma cursi de lo anterior. Redios, es que la gente ha perdido el valor de construir banderas propias y necesita alistarse en ejercitos ideologicos y vitales mas sobados que el coño de la Bernarda ??
Sera la crisis de los 40 o sera que estamos viviendo en una sociedad en crisis de valores y aterrada por el que diran.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, Alfonso. Y hola, Rocío, que es la primera vez que te leo largo y tendido en un comentario.
ResponderEliminarCapacidad de sorprender, dices... Bueno. A cierta edad dicen que se ha visto y oído casi todo. Pasas un tiempo que jurarías que eso es eso... lo de siempre... hasta que te acercas un poco más o te compras gafas de esas que venden por 3 euros y en realidad son lupas. Y empiezas a sorprenderte de nuevo. Porque ya has dejado de ser un mero observador. Dede lejos casi todo obedece a arquetipos, tópicos típicos. Sin embargo a la que buceas en las personas aparentemente anodinas... creo que vuelves a sorprenderte. Será eso...cuestión de cercanía... Por probar...
Un saludo afectuoso
Puede que la gracia de la sorpresa radique justamente en eso, en que escasea. Tambien creo que la madurez te va haciendo mas selectivo, ya no eres tan vulnerable como antes , encajas las cosas de otra forma porque algunas reacciones tal vez ya no te sorprendan, porque algunas respuestas ya te las esperas .No se, me toca un poco los cojones la idealizacion de un mundo siempre feliz, siempre sorprendente, siempre de color de rosa.Cuando las cosas no son siempre asi, de hecho casi nunca son asi. Tal vez como vivo un poco la muerte y las desgracias ajenas mas cercanas ,como medico de Urgencias, tenga una vision algo mas catastrofista. Lo admito. En general, las cosas tienden a repetirse, las personas tendemos a repetirnos , las situaciones tienden a repetirse...es lo que hay, es lo que tenemos , es lo que me encuentro dia a dia.Aunque entre toda esa hojarasca brillan, de vez en cuando, algunas perlas..como no.
ResponderEliminarAcabáramos... Eres médico. Y de urgencias. Prisma. Es un prisma muy concreto, Alfonso. La vida en su límite a todas horas... O , al menos, en todas las que te toca trabajar... Un despliegue de adrenalina que es difícil que haya cosas o personas que te sorprendan. Pero... Siempre hay un pero... afortunadamente.
ResponderEliminarUn saludo.
Supongo que con Prisma te refieres a lo que nosotros llamamos perfil. Seguramente algo de esto hay, aunque tampoco hay que dramatizar el tema. En el fondo es un trabajo como otro, que requiere su formación y su rodaje. Lo que sí es cierto es que cerrarle los ojos a un tipo después de haber hecho lo imposible, salir de la sala de reanimación y decirle a la esposa y a las hijas del fallecido que la última vez que se despidieron de él fue realmente la última..eso marca y te aseguro que no es facil. No te digo nada si la vida que se va es la de un niño. Eso es directamente un drama para todo el equipo implicado, y bueno, poco a poco se va llenando tu alma de cicatrices. Tenemos nuestras contrapartidas, cuando logramos salvar vidas que afortunadamente son más que las que se pierden en el camino aunque siempre he pensado que los médicos podemos ganar muchas batallas pero siempre perdemos la guerra . Y así vamos trampeando, entre la fina línea que separa en ocasiones la vida de la muerte. Bailando un Vals con el desasosiego, la impotencia, las ilusiones y las esperanzas. Joder, En ningún sitio se vive la vida y la muerte como en un servicio de Urgencias. La muerte siempre tiene la misma cara, igual que el dolor, igual que la esperanza , igual que el miedo. Así que ese es el prisma, esos son parte de los moldes que forjan mi personalidad. Todo adquiere una dimensión vital y un enfoque totalmente distinto si pasas por ese tipo de experiencias. Supongo que si puedes empatizar con eso entenderás mejor mi post.
ResponderEliminar